Datos personales

Antonio Rodríguez-Insausti
(Profesor universitario) Psicólogo e investigador paranormal

martes, 23 de septiembre de 2008

La tierra plana: un romance de muchas dimensiones

Suponiendo que los OVNIS existan, ¿es posible que no provengan de un espacio exterior sino de otra dimensión, una que nuestra experiencia de un mundo con tres dimensiones espaciales nos impida entender? Los principios que existen tras esta pregunta (pero no la pregunta en sí misma), fueron examinados hace más de un siglo por un profesor victoriano de nombre Edwin A. Abbott.
En su novela 'La tierra plana: un romance de muchas dimensiones', Abbott exploró los efectos perturbadores al estar expuestos de repente a una dimensión adicional no percibida. Su libro, publicado en 1884, presentaba ideas que todavía pueden inspirar muchas especulaciones sobre ciertos fenómenos inexplicables, incluyendo no sólo los OVNIS, sino también incontables y repentinas apariciones y desapariciones, así como los llamados encantamientos.
Historia satírica que se burla de la rígida y a menudo despiadada sociedad victoriana en la que Abbott vivía. Su obra describe un mundo bidimensional cuyos habitantes son figuras geométricas planas deslizándose por una superficie plana, como monedas sobre un mantel.
No tiene palabras para describir conceptos tales como "arriba" o "abajo", y sólo pueden moverse hacia adelante y hacia atrás en el mismo plano.
Un día, una Esfera tridimensional visita "la tierra plana". Toma contacto con un habitante de nombre A. Cuadrado y le explica el concepto de un mundo tridimensional. Cuando A. Cuadrado intenta explicar a sus compañeros acerca de la tercera dimensión, es encerrado como una amenaza para la sociedad.
La Esfera tridimensional, naturalmente, desconcertaría y aterrorizaría a los habitantes bidimensionales, ya que ellos sólo pueden ver sus dos dimensiones a la vez: un trozo plano a través de su cuerpo que se hace más ancho o más pequeño a medida que la Esfera se mueve hacia arriba y hacia abajo. Los habitantes, sin conocimiento de la dimensión vertical, verían una criatura cambiando rápidamente de forma y desapareciendo al moverse por encima y por debajo de su plano. Un habitante de la tierra plana, que no hubiese visto personalmente a la Esfera, sería reacio a creer que existiese.
Las ideas que Abbott presentaba han sido tema de ciencia ficción y discusión especulativa acerca de lo paranormal desde entonces. ¿Qué ocurre si hay más dimensionoes que las cuatro a las que estamos acostumbrados, el tiempo y tres dimensiones espaciales? (no es una pregunta sin fundamento: algunos físicos sugieren seriamente que puede haber hasta veintiséis dimensiones). Si un ser o un objeto de otra dimensión pudiera pasar a la nuestra, ¿no estaría nuestra vista tan confundida como los habitantes de la tierra plana al ver la esfera?
Según esta base, se ha sugerido que los OVNIS pueden venir de otro universo con otras dimensiones para entrar y salir del nuestro. Si su viaje sólo interseccionara brevemente con nuestras dimensiones, preguntan los que creen en la teoría, ¿no aparecerían y desaparecerían con asombrosa velocidad, posiblemente recogiendo seres humanos para llevárselos con ellos, tal como sugieren los autoproclamados "secuestrados"? ¿Podrían encuentros accidentales con agujeros aleatorios en otras dimensiones, justificar gente o cosas que accidentalmente parecen desvanecerse en el aire? ¿Como "lluvias" de objetos en cielos claros? ¿Como lo que llamamos "fantasmas"? Las perspectivas son tan perturbadoras como fascinantes. El habitante A. Cuadrado de la tierra plana encontró inquietante un viaje por la tercera dimensión: "Un terror inexplicable me embargó. Había oscuridad; luego una sensación de mareo por ver lo que no estaba viendo; vi una Línea que no era una Línea; el Espacio no era el Espacio; yo mismo no era yo mismo. Cuando recobré la voz, grité de agonía: "o se trata de una locura o es el infierno". "No es ni lo uno ni lo otro", replicó pausadamente la Esfera, "es el Conocimiento; las Tres Dimensiones; abre los ojos una vez más e intenta permanecer firme".

sábado, 20 de septiembre de 2008

Crear un universo

A medida que los científicos estudian los orígenes del universo, las respuestas que encuentran conducen a menudo a otras preguntas.
Asumiendo que el tiempo, el espacio y el cosmos presente empezaron junto con el Big Bang, surge la inevitable pregunta. Si el Big Bang hizo nacer al universo, ¿qué existía antes de él?Exactamente ¿cómo pudo nada convertirse en algo?
Mientras algunos dicen que el problema está en manos divinas, otros persisten en sus cálculos.
Algunos físicos sostienen que no había un "antes", debido a que el universo se expande y contrae en un ciclo infinito, sin final y sin principio. Pero muchos creen que el universo se está terminando y que todo quedará por fin en reposo. Si es así, el número de ciclos antes de éste es finito, y la pregunta original permanece.
La mecánica cuántica, el estudio de las partículas subatómicas, ha conducido a muchos teóricos a postular que el universo no surgió de la nada, aunque su definición de "nada" es muy distinta a la nuestra. Para los físicos cuánticos, la "nada" es rica y fértil: incluso en espacios "vacíos", a niveles subatómicos y en trozos de tiempo infinitesimales, las partículas elementales entran y salen de la existencia, en lo que llamaban fluctuaciones en el vacío.
El físico John Wheeler observa que, "el espacio vacío no está vacío. Es el lugar de la física más violenta". Dado este "vacío" tan atareado, el físico Alexander Vilenkin propone una "espuma espacio-tiempo" continua y primitiva, en la que diminutos universos submicroscópicos continuamente empiezan a existir y cesan, en un caldo siempre en movimiento de fluctuaciones en el vacío. La mayoría de estos universos fracasan, pero dadas las leyes de la probabilidad, el nuestro puede no ser el único que se ha convertido en universo.
De forma sorprendente, una fluctuación en el vacío no viola ninguna ley de la física. El físico del Instituto Tecnológico de Massachusetts Alan Guth, describe la primera expansión del universo primitivo, del tamaño de un protón, como un cambio de fase (como el cambio de agua caliente a vapor), en el que la energía se convirtió en materia. Guth afirma que fue "el último refrigerio libre".
Estas ricas teorías de la nada parecen más propias de la ciencia ficción que de la ciencia real. Wheeler incluso llegó a especular que, un día, los seres humanos encontrarían la manera de crear un universo. "Después de todo", dice, "por todo lo que sabemos, nuestro universo podría haber sido hecho en el sótano de alguien más".

jueves, 18 de septiembre de 2008

Monumentos megalíticos (Stonehenge)

El 21 de junio de cada año, la fecha del solsticio de verano, la gente acude desde todo el mundo para contemplar el sorprendente espectáculo de la salida del Sol en Stonehenge, un complejo circular de piedras verticales, o megalitos, en Salisbury Plain, al Sudoeste de Inglaterra. Cuando el disco rojo se eleva desde el horizonte, llega un momento en que, para un observador situado en el centro del círculo, el Sol parece estar suspendido justo encima de la Heel Stone, un pilar situado en la parte exterior del círculo. No sólo la visión es una delicia para los ojos, sino también un misterio insondable. Las piedras fueron colocadas miles de años atrás por constructores prehistóricos y muchas sirven para indicar en qué lugar del horizonte saldrán y se pondrán la Luna y el Sol en épocas determinadas del año. Pero ¿por qué?
El misterio se ve aumentado por el hecho de que Stonehenge es sólo uno de varios cientos de monumentos megalíticos situados en Gran Bretaña y en Europa. Unos están colocados en vertical y en solitarios; otros en grupos de horizontales y verticales que forman puertas. Otros, como en el caso de Stonehenge, en círculos.
Los arqueólogos están de acuerdo en que estas estructuras fueron realizadas entre el 3500 y el 1000 a.C. Los astrónomos están asimismo de acuerdo en que varios servían como observatorios espaciales. Los físicos han sido testigos de experiencias sobrenaturales delante de las piedras, al igual que muchos escépticos. El antiguo folclore local ha atribuido a dichas piedras poderes místicos de acuerdo con su propio interés, ya fuera fertilizar la esterilidad, curar a los enfermos o exorcizar a los endemoniados. Las razones del porqué sólo las saben los espíritus, buenos y malos, que se cree que residen dentro y alrededor de ellas.