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Antonio Rodríguez-Insausti
(Profesor universitario) Psicólogo e investigador paranormal

domingo, 2 de agosto de 2009

Rosacruces

En 1614 empezó a circular por Alemania un folleto publicado en Kassel y titulado 'Fama Fraternitatis'. Su autoría se atribuyó a una hermandad oculta y hasta entonces desconocida, llamada de los "Rosacruces", cuya misión consistía en promover un mejoramiento general del mundo mediante la fusión entre las ideas de la Reforma y los progresos del conocimiento científico. En el panfleto se narraba además la historia de la fundación de la Orden por el legendario Christian Rosenkreutz.
Aunque de estilo oscuro y de difícil comprensión, la publicación suscitó un interés tan generalizado que fue reimpresa tres veces en 1615 y de nuevo en 1617. Casi en seguida hubo dos ediciones en lengua holandesa y varios años después otra en inglés.
A Fama le siguió, en 1615, una segunda publicación sobre el mismo tema, 'Confessio Fraternitatis R.C.', donde se declaraban 37 de los votos de la Orden, entre los cuales el de poner fin al sectarismo y a las luchas políticas. Además se expresaba la oposición de la Fraternidad al Papado, al Islam y a los falsos alquimistas. Aunque el impreso trataba de reclutar miembros para el movimiento rosacruz, no detallaba cómo hacerlo.
En 1616 el público impaciente pudo leer por fin la obra definitiva titulada 'Chymische Hochzeit Christiani Rosenkreutz', lo que significa "las bodas alquímicas de Christian Rosenkreutz"; tratábase de una interesante narración llena de simbolismo esotérico, que ha sido interpretada como una descripción del proceso de la alquimia.
Aunque estas publicaciones constituyeron en su día un gran misterio, hoy se sabe casi con certeza que su autor fue Johann Valentin Andreae, teólogo de Wurttemberg, y que las obras seguramente reflejan las ideas de un pequeño círculo de eruditos afines a Christoph Besold, jurista de la universidad de Tubinga. En la época, sin embargo, las numerosas personas que deseaban afiliarse a la recién proclamada Rosacruz no encontraban la manera de conseguirlo y tales frustraciones generaron un considerable volumen de bibliografía secundaria, en la que especulaban sobre la Orden o se proclamaban miembros de la misma.
En 1620 el interés inicial empezaba a agotarse y las polémicas sobre la Rosacruz quedaron desplazadas por otros asuntos más de moda. La cuestión resucitó sin embargo en 1710 cuando Sigmund Richter creó la Orden del Oro y de la Rosa Cruz, una fraternidad alquímica inspirada en la leyenda original, aunque no mucho. Los términos "Rosacruz" y "Fraternidad" fueron asumidos por la francmasonería, aunque sin tener demasiado que ver con su significado originario. En la época victoriana, no obstante, la Orden del Alba Dorada resucitó la tradición rosacruz, a tal punto que se enseñaba a sus miembros la leyenda de Christian Rosenkreutz; además, los rituales del Alba Dorada utilizaban una representación del "sarcófago" o tumba del fundador.
En la actualidad existen varias instituciones que se pretenden descendientes o por lo menos seguidoras de los rosacruces originarios. Quizá la más conocida sea la norteamericana Ancient and Mystic Order Rosae Crucis (AMORC), fundada por H. Spencer Lewis, que enseña un sustancial cuerpo de doctrina y técnicas esotéricas, y se anuncia por todo el planeta.

jueves, 26 de febrero de 2009

Los mártires cátaros y su regreso

En la Francia del medievo floreció una secta cristiana que creía en la reencarnación, así como en el dualismo entre lo espiritual y lo físico, entre el bien y el mal. Sus miembros eran conocidos como los albigenses, por la ciudad de Albi, o cátaros ("los purificados"), como preferían que se les llamase.
Los cátaros eran una molestia para la Iglesia Católica Romana, que les acusaba de herejes y de constituir un peligro para el poder eclesiástico. Tras largas luchas, los católicos conquistaron la fortaleza cátara de Montségur en el Pirineo francés. Los 210 cátaros capturados se negaron a renunciar a su fe y, en 1244, fueron quemados en la hoguera en Toulouse.
Para el psiquiatra inglés Arthur Guirsham, educado en Oxford, estos hechos no suponían nada en particular hasta que una joven que sufría terribles pesadillas acudió a él en 1962. Durante los siguientes cuatro años, la "Sra. Smith", como Guirdham la llamaba, le narró sus tormentos mentales, la mayoría centrados en supuestos recuerdos de su vida junto a los cátaros en el siglo XIII en Francia. Cuando era tan sólo una colegiala se inventó un amante cátaro llamado Roger, y en sus libros de texto solía escribir fragmentos de poemas provenzales que él le había recitado. Esta historia impresionó al psiquiatra, quien, investigando la historia de los cátaros, descubrió que los episodios narrados eran extraordinariamente exactos. La mujer afirmaba, por ejemplo, que los cátaros vestían de azul oscuro. Guirdham averiguó que los historiadores hablaban de trajes negros, pero consultando a un experto descubrió que tras nuevas investigaciones se había llegado a la conclusión de que, en efecto, eran de color azul oscuro.
Durante un tiempo, Guirdham llegó a creer que él mismo era la reencarnación del Roger de quien hablaba la "Sra. Smith", un tal Roger-Isam de Fanjeaux que murió en prisión en 1243. En su encarnación la "Sra. Smith" había acabado en la hoguera junto con los otros mártires cátaros.
Finalmente, Guirdham reunió a un grupo de ocho personas que al parecer recordaban haber sido cátaros en el pasado. Esta comunidad se vio afectada por lo que parecían ser hechos paranormales. Se dijo que les habían visitado espíritus de cátaros y, en el aniversario del holocausto cátaro, algunos de los componentes del grupo experimentaron dolor físico. Parece ser que una mujer incluso tenía la marca de enormes ampollas.
Guirdham, a quien se acusó de ser poco científico y nada cooperativo a la hora de permitir que otros investigadores verificaran la historia, mantuvo, sin embargo, que él y los otros miembros habían experimentado reencarnaciones en grupo. Escribió tres libros sobre el caso, que aún continúa siendo uno de los más enigmáticos para los estudiosos de la reencarnación.